Cuando rompes con la creencia de que el sacrificio, el esfuerzo y el desgaste son el precio a pagar, el único camino para alcanzar logros personales y profesionales significativos, ¿qué ocurre?
Entonces…
- Te das la oportunidad de dedicarte a aquello que naturalmente haces bien y disfrutas.
- Despliegas todo tu potencial y aportas más valor que otros en actividades similares.
- Materializas aquello que te estaba esperando a ti y solo a ti.
Aunque pueda parecer un acto de fe o mero positivismo superficial, la realidad es que no hay nada más tangible que los resultados obtenidos por los grandes referentes: esos directivos y profesionales destacados por su entrega natural y su excelencia en diferentes disciplinas.
- Trabajadores sociales
- Educadores y maestros
- Profesionales de la salud
- Científicos e investigadores
- Artistas, músicos, actores y escritores
- Personal de cuerpos de seguridad y emergencias
La evidencia es, de hecho, lo contrario.
Si avanzar y desarrollarte en una profesión o sector implica derramar sudor, lágrimas, y sufrir un desgaste físico, mental y emocional relevante, es una señal clara que te «informa» de no es tu profesión, tu destino, ni el entorno para ti.